El día 29, en Navas de Oro
- a las 16:30 - Profesores de Religión y Ampas
Nuestros Profesores de Religión
Los profesores de Religión son trabajadores de la enseñanza, cuyos derechos laborales deben ser plenamente reconocidos y tutelados. Los obispos somos los primeros interesados en ello, pues de ese modo se hace justicia a su labor y se dignifica su misión, que es misión de Iglesia. Pero, al mismo tiempo, los profesores de Religión católica ejercen una misión específica —la de formar a los alumnos en la doctrina y la Moral católica— que exige una capacitación académica especial e identificación con la doctrina que enseñan. A quienes libremente solicitan tal enseñanza hay que garantizarles que sea impartida por profesores idóneos para ello. Es la autoridad de la Iglesia quien puede ofrecer tal garantía. No son los poderes públicos, ni las organizaciones sindicales, ni ninguna otra instancia quienes están en condiciones de garantizar la idoneidad del profesorado para impartir la Religión y la Moral católica, es decir, la “misión canónica”. Esto es lo justo y lo propio de un Estado de derecho que tutela de modo positivo la libertad religiosa.
Los profesores de Religión, en general, saben perfectamente que los Obispos estamos con ellos; así lo hemos dicho y reiterado una y otra vez, particularmente en la Declaración de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española de febrero pasado. Personalmente valoro altamente la ejemplaridad que muestran tanto en su labor docente como en su integridad de vida y testimonio personal, así como en su afecto y fidelidad eclesial. Sigo el gran esfuerzo que están desplegando en su formación permanente, digna de todo encomio, y en su creciente vinculación entre ellos y con otras tareas eclesiales, su excelente relación y colaboración con la Delegación Diocesana de Enseñanza y su generosidad. Soy consciente de las dificultades con que se encuentran, no sólo en las aulas, sino a veces incluso con gestos de menosprecio u otras actitudes, que prefiero callar, en el mismo centro escolar, las discriminaciones que en ocasiones tienen que soportar.