Polonia no deja de sorprendernos, hemos visitado sus parques, palacios y jardines; el casco antiguo y su plaza de mercado, terminamos la jornada con la Eucaristía. Al final de la tarde algunos participaron de un concierto de jazz, otros a recuperar fuerzas en el hotel. "LA VIDA DEL TURISTA Y EL PEREGRINO ES MUY DURA".
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