HOMILÍA SÁBADO 5 DE
JUNIO DE 2013 S.I.C. DE SEGOVIA
La fe que la Palabra de
Dios suscita se alimenta y crece en el encuentro de la gracia con el Señor
resucitado que se produce en los sacramentos. La fe se expresa en el rito y el
rito refuerza y fortalece la fe. Por esto, la fe ha de ser celebrada en la
liturgia y ha de llevarnos a la oración. La fe de la Iglesia es esencialmente
una fe eucarística y se alimenta de manera particular en la mesa de la
Eucaristía: «Este es el misterio de nuestra fe». La fe y los sacramentos son
dos aspectos complementarios de la vida eclesial.
Por este motivo,
Benedicto XVI desea que el Año de la Fe sea «una ocasión propicia para
intensificar la celebración de la fe en la liturgia y de manera particular en
la Eucaristía».
Convendría que este deseo del Papa se hiciese más real en
nuestras parroquias. Esto pide un esfuerzo para conocer la importancia del
domingo, «día del Señor», y de la Eucaristía dominical epicentro de nuestro
programa Pastoral, la vida de fe peligra cuando no se establece y no se vive el
deseo de participar en la celebración de la Eucaristía, en la cual se hace
memoria de la victoria pascual. Participar en la asamblea litúrgica dominical
juntamente con todos los hermanos y hermanas, con los cuales se forma un solo
cuerpo en Jesucristo, es algo que la conciencia cristiana reclama y que al
mismo tiempo la forma. Hemos de participar en la Eucaristía para alabar y
glorificar a Dios, para darle gracias por los dones de su amor misericordioso,
para alimentar nuestra fe, esperanza y caridad con la Palabra de Dios y con la
comunión del Cuerpo y la Sangre de Cristo, para que podamos llevar una vida de
amor a Dios y a los hermanos. Hemos de valorar la Eucaristía y hemos de
participar en ella activamente, como lo han hecho los cristianos desde los
inicios de la Iglesia.
Los contenidos de
nuestra fe han de llevarnos a la oración, a una relación interpersonal con
Jesucristo, y la plegaria personal y familiar nos ayudará a valorar y a
saborear la celebración comunitaria de la fe, en especial la celebración
dominical de la Eucaristía.
En este Año de la Fe
hemos de hacer un esfuerzo en las catequesis, en la formación de los
catequistas, en la preparación cuidadosa de los encuentros con los que reciben
la catequesis, en la participación de los padres para ayudarle su iniciación
cristiana, y habrá que intensificar la costumbre de que las catequesis comiencen
con la plegaria para que los conocimientos de la fe contribuyan a una mayor
identificación de cada uno con Jesucristo. Es muy aconsejable, con motivo de
las sesiones catequesis, pasar por
la iglesia para hacer allí una oración, a ser posible en la capilla del
Santísimo Sacramento.
Hay que trabajar mucho
cofradías y hermandades para ofrecer un acontecimiento más enriquecido de la fe
y para posibilitar que sus miembros, con una mayor educación de la fe
participen en las celebraciones litúrgicas y en las manifestaciones de la
piedad popular en beneficio de su vida cristiana y de un buen testimonio de la
fe.
Señor auméntanos la fe.
Toma parte en los duros
trabajos del evangelio según la fuerza de Dios.
1 comentario:
¡Un encuentro entrañable!. Para mi el Pastor de la Diócesis D. Ángel nos alentó en la fe del Señor. Nos oriento para que la Eucaristía sea el centro de nuestra vida. Adorar a Dios de rodillas, a observar los ritos. ¡A mi me viene muy bien ese recordatorio!. Gracias Monseñor.
Publicar un comentario